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Como muchas empresas, contamos con la colaboración de becarios que se están incorporando al mundo laboral.

Hasta ahora, la experiencia ha sido abrumadoramente positiva, por lo que nos han aportado de energía, compromiso y excelente actitud. También es verdad que los criterios principales que utilizamos para contratarlos, asumiendo estudios y conocimientos suficientes en el ámbito para el que los necesitamos, son la actitud y la responsabilidad. Por alguna conversación reciente con los compañeros he estado pensando en las diferencias entre becarios, juniors y seniors…

¿Cuándo podemos decir que alguien pasa de una categoría a otra, más allá de lo que pueda apuntar la burocracia legal?

He descubierto que una clasificación que puede ser sencilla y robusta y, por ello, útil, aunque por supuesto, dispuesto a revisarla con las sugerencias de cualquiera que desee opinar, sería esta:

 

Becario

Alguien es becario o aprendiz cuando tiene que aprender y consolidar aún el proceso y las herramientas principales relacionadas con su ámbito de conocimiento o especialidad. Por ejemplo, el proceso o los procesos de marketing de una empresa: ya sean inbound, ABM, colaboración en el outbound, marketing digital o marketing físico. Y las herramientas, por ejemplo de nuevo en el caso de marketing: Hubspot, Sales Navigator, Canva, Adobe Illustrator, Midjourney, Sora, etc.

El siguiente paso normal para un becario o aprendiz, sería pasar a profesional junior.

 

Profesional junior

Un junior es aquella persona que conoce bien el proceso y las herramientas de su ámbito de trabajo, pero necesita adquirir experiencia. Y visión estratégica de negocio.

El paso siguiente lógico para un profesional junior es pasar a profesional senior.

 

Profesional senior

Un profesional senior es la persona que conoce bien el proceso y las herramientas y que cuenta, además, con valiosa experiencia: ha estado aquí y allá, ha hecho esto y aquello (“been there, done that” que diría un americano) Además, tiene una buena visión estratégica del negocio de su empresa.

¿Qué viene después para un profesional senior?

Pues puede no venir nada, si se acomoda. O podría convertirse en un profesional destacado en lo suyo.

 

Profesional destacado

Para mí un profesional destacado es aquel que mejora el proceso y las herramientas que se utilizan en su ámbito de actividad-especialidad.

¿Cómo? Adaptándolos de forma óptima a su empresa y buscando su mejora continua. Es alguien que no se conforma con lo que hay.

¿Se puede llegar a algo más? Pues sí, aunque eso ya depende un poco de la fortuna: el profesional destacado se puede convertir en un profesional de referencia, reconocido, con marca personal…

Por cierto, cuando eres un senior o un profesional destacado en un ámbito y te descuelgas dando un giro fuerte a tu carrera – por tu propia voluntad, no porque te “fichen” – debes tener en cuenta que en el nuevo ámbito quizá no tengas ni la experiencia ni los conocimientos requeridos.

Por ello, a pesar de tus años de experiencia y conocimientos, quizá tengas que empezar como junior – si has aprendido lo suficiente de los nuevos procesos y herramientas – o incluso de aprendiz – si aún no conoces bien lo anterior –

Y deberías aceptar con deportividad que esto pueda tener repercusiones en tu salario y nivel de responsabilidad (como he dicho antes, si te fichan es un caso muy distinto, ahí el precio y el nivel de responsabilidad lo pones tú).

 

Profesional reconocido

Para mí, es alguien que crea nuevas perspectivas y enfoques: procesos o herramientas mejorados que pueden utilizar y, de hecho, utilizan otros profesionales de su ámbito con mínimas adaptaciones. De esta manera, esa persona se convierte en un referente en su disciplina.

Es por ejemplo lo que le sucede a Alex Osterwalder en el ámbito de la estrategia, gracias a su Business Model Canvas. O a los profesores de la escuela de negocios INSEAD, W Chan Kim y Renee Mauborgne, por su Estrategia del Océano Azul.

Menciono a los anteriores porque se trata de procesos y herramientas que utilizo habitualmente en los trabajos de estrategia. Y por lo que han contribuido a mejorar mi trabajo en este campo les estaré siempre agradecido.

 

¿Consecuencias?

No es nada recomendable confundir unas categorías con otras o no llegar a tener suficientemente claro cada caso particular.

No lo es ni para la exigencia, ni tampoco para la responsabilidad y autoridad a conceder. Ni, por supuesto, para el sueldo.

A veces lo que tiene que resultar claro y sencillo lo complicamos demasiado.

Encantado de leer otras perspectivas y opiniones.

 

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